Esta película quizás sea la más desquiciada comedia que se haya alguna vez filmado en Argentina. Es también una prueba patente de la injusticia de nuestro sistema de exhibición que sea tan poco conocida, tan poco vista, dada su extraordinaria calidad y desparpajo. Quizás tenga que ver con su tema, que hasta hace poco era un tema tabú: porque TICO TICO es una oda a la marihuana, una épica hilarante del porro que comienza con dos canas requisando una tuca que, relámpago mediante, los transporta a otra dimensión donde, de manera inexplicable, se han convertido en rabinos, y termina en Senegal, con un plano general de los personajes perdidos en la plantación de marihuana más extensa que posiblemente ustedes hayan visto nunca. "Es un viaje onírico y trascendental y al mismo tiempo puede ser considerado un cuelgue de marihuana. Se trata en definitiva de una comedia fantástica sobre tres tipos que transitan un mundo paralelo", explicó en su momento el director en una entrevista con Télam.

Con guiños y referencias veladas a filmes como "Simón del desierto", de Luis Buñuel; "El mago de Oz", de Víctor Fleming; "Nazareno Cruz y el lobo", de Leonardo Favio, y "El Golem", de Henrik Galeen, esta comedia alucinada intenta borrar los parámetros espacio-temporales y coloca al espectador en un estado continuo de expectación y sorpresa. Esta es una de esas películas que cualquiera que tenga un mínimo interés por el cine argentino contemporáneo no puede dejar pasar. Vengan a reparar la injusticia, no puede ser que esta película siga siendo desconocida: TICO TICO merece la gloria.